viernes, 10 de junio de 2011

La olla del Panecillo


Había una mujer que llevaba su vaquita al panecillo, allí la pastaba siempre porque no tenía potrero propio.
Un buen día, mientras recogía un poco de leña, dejo al animal cerca de la olla que todavía hay en la cima de la colina, a su regreso no la encontró en ese lugar, llena de susto se puso a buscarla por los alrededores
Algunas horas pasaron y la
vaquita no asomó. Bajó hasta
el fondo de la enorme olla y
dio más bien con la entrada
de un, inmenso palacio encantado.
Sentada en el trono estaba
una bella princesa.
 Al ver ahí a la humilde señora,
La princesa le preguntó
sonriendo acerca del motivo
de su visita. Llorando le contó lo sucedido aquella tarde

también le dijo que, de no hallar a su vaquita lechera,
se quedaría en la mayor miseria del, mundo.

Para calmar un tanto el sufrimiento que padecía la Princesa le regalo  un choclo y un ladrillo de oro
También la consoló asegurándole que su querida vaquita estaba sana y salva en el prado
La pobre mujer no tuvo sino lagrimas d gratitud por semejante generosidad. 

Y salió contenta del palacio, sujetando bien contra su pecho el maravilloso obsequio apenas
llegó a puerta de la olla encantada tuvo otra gran sorpresa. La vaquita le lanzo
 Un mugido y movió con cariño su cola. 

La dueña y su animal se dirigieron a su hogar, en donde vivieron felices por el resto de sus días

No hay comentarios:

Publicar un comentario